jueves, 27 de diciembre de 2018


Se acerca el fin de año... y con ello el cierre de la lista de espera... 
¿Hay esperanza para la sensatez?


Al comienzo de cada nuevo año nos enfrentamos a una, cada vez mayor, cascada de noticias sobre las cifras de cierre del año en listas de espera, tanto de consultas externas, como de pruebas diagnósticas y como no... de intervenciones quirúrgicas.

Estas noticias se han convertido en algo tan clásico del nuevo año como pueden ser las uvas.

¿Pero que significa todo ello?

Las listas de espera no dejan de ser una herramienta de gestión y ordenación de las necesidades y los recursos existentes. En sí mismo, no es un elemento alarmante... sería incluso más alarmante no tenerlas ya que implicaría probablemente un sistema excesivamente dotado de recursos y por ello ineficiente.

Las listas de espera están conformadas por personas a las que un profesional médico les ha indicado la realización de una prueba diagnóstica, la necesidad de una consulta con un médico especialista en una especialidad determinada o la necesidad de una intervención quirúrgica concreta.

En resumen es un listado que nos permite programar la actividad de los recursos asistenciales de la mejor forma posible para optimizar su funcionamiento.

¿Qué parámetros suelen medirse?

El Real Decreto 605/2003, de 23 de Mayo, por el que se establecen medidas para el tratamiento homogéneo de la información sobre listas de espera en el Sistema Nacional de Salud, es la normativa estatal que intentó establecer criterios homogéneos para la medida de las listas de espera y que de esa manera pudiéramos compararnos entre Comunidades Autónomas y Hospitales, y con ello, aprender y mejorar la gestión de todos y cada uno de ellos.

Esencialmente se establecen dos bloques, un primer bloque que pretende medir el volumen de la lista de espera; y otro bloque, que pretende medir los tiempos de espera de ese volumen. 

En el primer bloque nos encontramos con el indicador del "Número total de pacientes en espera" que implica el número total de pacientes en espera estructural para la atención en consulta, realización de una prueba o realización de una intervención quirúrgica incluidos en el registro en un momento determinado.

Es un número bruto... y nos da poca información ya que tiene que ver con la población que tienen de referencia para ser atendida... así como los recursos que tienen para absorver ese volumen. Podía ayudarnos al compararlo con otros hospitales de similares características, tanto de recursos como de población de referencia asignada.

En el segundo bloque nos intentan acercar a la dimensión de la espera de los pacientes. En este sentido nos apuntan varios indicadores:

- "Tiempo medio en espera": Tiempo promedio, expresado en días, que llevan esperando todos los pacientes en espera estructural. Este indicador nos apunta la media de espera de todos los pacientes que actualmente están en lista de espera... es decir que aún siguen esperando... 

-"Espera Media de los pacientes atendidos": Tiempo promedio, en días, que han esperado los pacientes procedentes del registro hasta su atención. Nos apunta la media de tiempo que han esperado los pacientes que han sido atendidos en un período determinado... ya han salido de la lista de espera.

-"Demora Media prospectiva": Es el tiempo, días naturales, que tardaría en absorverse el total de pacientes pendientes al ritmo de trabajo de un período anterior definido (habitualmente 12 meses). Pretende relacionar nuestras necesidades con nuestra actividad...  y ver en cuanto tiempo con nuestra capacidad de trabajo tardaríamos en resolver a los pacientes que tenemos esperando... y con ello quizás plantearnos alternativas.

En resumen, las listas de espera se componen de dos componentes número de pacientes que esperan y días de media que llevan esperando.

En este sentido, si tuviéramos un paciente que lleva un día esperando porque entro en lista de espera ayer.. tendríamos una lista de espera con un Número total de pacientes de 1; y un tiempo medio en espera de 1 día... 

¿Sería bueno tener una lista de espera con 0 pacientes en espera y 0 días de demora?

Siguiendo los debates entre los partidos políticos y las noticias que salen en prensa pudiera parecer que el objetivo que debemos conseguir sería llegar a no tener lista de espera... ¿pero qué significaría eso?

Significaría que, poniendo por ejemplo la lista de espera quirúrgica, un paciente al serle indicada la intervención sería operado sobre la marcha ese mismo día... Es decir, que estaríamos con quirófanos sin ocupación programada esperando operar a pacientes que en ese mismo día estuvieran viendo en consultas... incluso antes que les diera el visto bueno el anestesista y se les realizase el preparatorio (esto cambia en algunas comunidades como Madrid, donde el paciente entra en lista de espera cuando el anestesista lo da como válido para que se le intervenga; pero en otras, entran en lista de espera cuando el cirujano le indica la intervención... aunque luego no sea apto para cirugía).

Esto claramente apuntaría a que tenemos un sistema con exceso de recursos y por tanto ineficiente en la gestión de los recursos públicos si fuera el caso. 

Además la realización de un preparatorio y de la consulta de anestesia pretende disminuir los riesgos quirúrgicos del paciente, y por tanto, no realizar este procedimiento probablemente implique un mayor riesgo quirúrgico para los pacientes.  

¿Debe esperar el mismo tiempo cualquier paciente?

El sistema público de salud debe buscar la equidad como principio rector. En este sentido debemos intentar que todos los pacientes con la misma necesidad tengan la misma atención.

La clave esencial esta en "la misma necesidad"... 

¿Debe esperar lo mismo un paciente que sufre un cáncer de pulmón y uno que padece una fimosis? Las implicaciones para la supervivencia así como para la calidad de vida de uno y otro proceso son extremadamente diferentes como es obvio. La gestión de nuestra prestación asistencial debería permitir atender con premura al paciente que presenta un cáncer de pulmón y asumir demoras al paciente que padece fimosis. 

Por tanto, las listas de espera deberían ser definidas y contextualizadas en relación a los procesos asistenciales ya que la implicación es diferente.

Un problema es, precisamente, definir que demoras serían tolerables socialmente para los diversos procesos asistenciales. Hacía ello han ido las diferentes comunidades al regular parcialmente el tema en sus respectivos decretos de "garantías".

En una sociedad en la que la inmediatez es un enorme valor, y la demora se ve como un handicap importante... entender que en ocasiones las demoras no son malas sino que hacen mejor a nuestro sistema es ... muy difícil... y políticamente poco correcto.... pero es cierto, es una herramienta que hace eficiente el sistema y con ello permite orientar los recursos públicos a las necesidades reales de la población.

Siendo el valor de la inmediatez un valor predominante en nuestra sociedad... siendo el consumismo otro valor predominante... siendo el populismo una forma mayoritaria de hacer política... establecer decretos de garantías puede ser un riesgo para la eficiencia del sistema público y para su sostenibilidad. 


¿Hacia dónde deberíamos avanzar?

Sería interesante entender que las listas de espera son una herramienta de trabajo para gestionar de forma óptima los recursos sanitarios que tenemos intentando prestar una atención sanitaria de calidad y segura para los pacientes.  

Es una forma de ordenar y poder programar la actividad.

Sería interesante quitar el foco de atención a nivel político y posteriormente mediático de las listas de espera... 

Poner el énfasis  en las listas de espera entraña más riesgos y problemas que beneficios... puede fomentar que surjan comportamientos profesionales inadecuados derivados de posibles conflictos de intereses... que los gestores estén solo motivados por la gestión de las demoras y olviden otros aspectos de la calidad de la atención que deberían ser al menos tan importantes... que los políticos introduzcan medidas que provoquen segregación en la atención promoviendo derivaciones a centros concertados o propios alejados del municipio sin ningún tipo de matiz o discriminación en función de la situación del paciente (tanto clínica como social), etc... 

Intentar establecer pactos entre las fuerzas políticas que permitiesen mejorar en la gestión de las necesidades asistenciales de la población manteniendo la accesibilidad, equidad, calidad y eficiencia del sistema alejando el debate político del sistema sanitario sería esencial.

Diseñar sistemas de información por procesos asistenciales que nos permitiese conocer las demoras existentes en cada uno de esos procesos y con ello saber quién y que es lo que espera... y ajustar los recursos asistenciales a las necesidades clínicas reales de los pacientes.


En definitiva, os deseo un un feliz 2019!!! y que el próximo año venga cargado de sensatez y sentido común!!!! ... y que nos dejen de atormentar con las listas de espera de una vez!!!





Suplemento Listas de Espera. Gestión Clínica y Sanitaria. Vol.2 nº4. 2000.


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