domingo, 7 de septiembre de 2025

Derecho a una Segunda Opinión: Autonomía vs Accesibilidad.

 


El derecho a una segunda opinión médica es aun componente fundamental de la autonomía del paciente, reconocido en el marco legal español. A nivel nacional, la ley 41/2002 y la Ley 16/2003 establecen las bases y principios de este derecho, elevándolo de una simple práctica médica a una garantía legal dentro del Sistema Nacional de Salud. 

Sin embargo, la regulación y desarrollo práctico de este derecho han sido delegados a las Comunidades Autónomas, administraciones que atesoran las competencias en sanidad. Esto ha generado una notable heterogeneidad en su aplicación.

La regulación de este derecho no esta exento de dificultades a la hora de garantizarlo y a la vez, hacer que sea compatible con el acceso de otras personas a la asistencia sanitaria por primera vez en un tiempo adecuado. Este problema es aún más marcado en esta época post-pandemia por COVID que ha generado unas importantes listas de espera en todas las Comunidades Autónomas.


1. FUNDAMENTACIÓN


1.1. Normativa reguladora

La base normativa del derecho a una segunda opinión médica en España se asienta sobre dos normas de carácter nacional.

La primera es la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica y reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.

Esta normativa no menciona explícitamente el derecho a una segunda opinión en su texto, pero establece el principio fundamental en el que se sustenta en su artículo 2.3. El cual expresa lo siguiente: "El paciente o usuario tiene derecho a decidir libremente, después de recibir la información adecuada, entre las opciones clínicas disponibles."


Este principio marca un cambio de paradigma en la relación médico-paciente, transformando al paciente de un "objeto" pasivo de la atención sanitaria a un "sujeto" activo y participe en las decisiones sobre su propia salud.

La segunda normativa básica es la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud. Esta norma reconoce expresamente en su artículo 4.a. el derecho de todo ciudadano "A disponer de una segunda opinión facultativa sobre su proceso, en los términos previstos en el artículo 28.1".

El artículo 28.1 remite el desarrollo concreto de este derecho a cada comunidad autónoma como instituciones competentes en materia de salud:  "Las instituciones asistenciales velarán por la adecuación de su organización para facilitar la libre elección de facultativo y una segunda opinión en los términos que reglamentariamente se establezcan."

Por tanto, la normativa estatal establece el marco general y el principio del derecho, pero delega su ejecución práctica a las administraciones autonómicas. La efectividad práctica de este derecho, en consecuencia, no depende únicamente de su reconocimiento legal a nivel estatal, sino de las regulaciones específicas de cada comunidad autónoma.


1.2. Fundamentación del Derecho y la Protección de la Autonomía del Paciente.


El derecho a la segunda opinión médica se enmarca dentro del derecho a la protección de la salud reconocido en el artículo 43 de la Constitución Española.

Más allá de ser una mera herramienta administrativa, su propósito es proteger y fortalecer la autonomía del paciente, empoderándolo para tomar decisiones bien fundamentadas y con plena confianza, especialmente en circunstancias de gran dificultad o gravedad. 

Su valor reside en permitir al paciente contrastar un primer diagnóstico y opción terapéutica, lo que genera mayor tranquilidad y reduce la incertidumbre y la angustia que acompaña a una enfermedad grave.

Obviamente, el reconocimiento de este derecho no pretende poner en duda la profesionalidad del médico que realizo la primera orientación diagnóstica y terapéutica, sino proporcionar una perspectiva complementaria y adicional que pueda confirmar el diagnóstico y proponer tratamientos alternativos, o simplemente, confirmar el previo, lo cual aportará al paciente y familia mayor seguridad y tranquilidad. En enfermedades raras, complejas o con tratamientos de alto riesgo, la segunda opinión se convierte en un recurso de alto valor para explorar todas las opciones posibles y asegurar el plan terapéutico más adecuado para el paciente. Su importancia, como vemos, trasciende el ámbito clínico para tener una importante dimensión psicológica y bioética.


2. SITUACIÓN DE LA REGULACIÓN DE LAS SEGUNDAS OPINIONES EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS.



La sanidad en España esta descentralizada en su mayor parte. Esto genera una variedad no despreciable de normativas que regulan los diferentes derechos introduciendo en ocasiones matices diferentes. Esta descentralización permite adaptar la normativa a las particularidades propias de los ciudadanos de un territorio concreto, acercando la misma a las singulares características de esa población y territorio, a una determinada sensibilidad o necesidades diferenciales. Pero también, esta descentralización puede generar inequidades en el acceso sin mayor justificación que son diferentes organismos legisladores y gestores.

En el caso de la segunda opinión, hemos podido comprobar que la normativa nacional reconoce el derecho pero deja el desarrollo normativo del mismo a la competencia de cada comunidad autónoma, y por tanto, cada comunidad ha desarrollado criterios propios y procedimientos que han generado un mosaico de normativas a lo largo del territorio.


2.1. Normativas Autonómicas vigentes.


3. ASPECTOS A CONSIDERAR EN EL DESARROLLO DEL DERECHO A UNA SEGUNDA OPINIÓN: PROCEDIMIENTO

En este apartado intentamos aproximarnos a aquellos aspectos que, a nuestro juicio, deberían contemplarse en el desarrollo normativo que garantice este derecho de forma práctica.


3.1. Sujeto de derecho.

La legitimación de este derecho recae en el propio paciente, pero se extiende a tutores en personas legalmente incapacitadas o menores no emancipados. También podría ejercerlo una persona (familiar, parejas derecho u otras personas) expresamente autorizadas por el paciente, con el objeto de que dicho derecho pueda ser ejercido por aquellos pacientes que en un momento dado no puedan tomar decisiones por si mismos.

A su vez, este derecho es exclusivo del paciente, es decir no puede ser ejercido por terceras personas sin estar autorizadas por el mismo. No se puede solicitar na segunda opinión para un diagnóstico de un familiar si el no desea esa segunda opinión por mucho que nosotros dudemos de la misma.

Este derecho también se estableces la primera atención se realizó en centros públicos, es decir, son pacientes cuyo primera opinión se haya producido en un centro público del servicio de salud correspondiente.


3.2. Propósito del derecho a una segunda opinión médica.

El objetivo es que el paciente pueda obtener un informe de un segundo facultativo para contrastar un diagnóstico o una propuesta terapéutica inicial, en casos de enfermedades graves, raras, o que comprometen la calidad de vida.

También suelen ser motivos excluyentes que el paciente requiera un tratamiento urgente o inmediato.



3.3. Aspectos sobre los que cabe una segunda opinión.

La normativa reguladora debe explicitar que aspectos concretos son sobre los que se solicita una segunda opinión, y deben ser relevantes. Se suelen circunscribir a confirmación del diagnóstico y/o al tratamiento planteado. Y debería explicarse sobre el aspecto concreto se desea esta segunda opinión, quizás estamos de acuerdo en el diagnóstico pero queremos conocer, debido a los riesgos, si hay otras alternativas terapéuticas.

Una mala relación médico-paciente es una de las razones más frecuentes para que un paciente solicite una segunda opinión médica. En este sentido, la segunda opinión médica es un acto clínico con un propósito específico de confirmación diagnóstica o terapéutica, no es una herramienta para la gestión de la relación interpersonal.


3.4. Problemas de salud sujetos al derecho: universal o limitada.

La normativa debe regular si la segunda opinión es universal, es decir, se puede solicitar para cualquier proceso patológico independientemente de la gravedad y trascendencia o se considera un recurso restringido a patologías graves o tratamientos con alto riesgo. En la mayoría de las normativas se restringe el derecho a patologías de gran impacto, enfermedades raras, enfermedades con pronóstico fatal o de riesgo vital elevar (enfermedades neoplásicas malignas, cardiopatías congénitas, necesidad de trasplante, enfermedades degenerativas del SNC...). En resumen, lo habitual es que se limite a procesos graves mal pronostico, enfermedades complejas o raras; y que no este abierto el derecho a cualquier proceso patológico.


3.5. Órgano competente en la toma de decisión.

La normativa debe regular a dónde deben dirigir sus peticiones los pacientes, que organismo será el encargado de tomar la decisión de aceptar o no, y a quién se le va a adjudicar. 

En este sentido, hay diferencias en las diferentes Comunidades Autónomas. Hay algunas como Andalucía que centralizan esa toma de decisión en una Unidad Central de Tramitación y otras en las que se dirige a Hospitales concretos donde el paciente desea recibir esa segunda opinión. 

Este aspecto es trascendente si deseamos que el derecho garantice la elección del paciente del centro e incluso del profesional o se garantiza el derecho a una segunda opinión médica pero no el recurso que lo va a resolver.  

La primera opción (elección de centro y/o especialista) podría aportar una mayor cercanía a las preferencias del paciente y por tanto incrementar secundariamente su satisfacción con el ejercicio de este derecho. 

La segunda opción (elección de centro y/o profesional por la administración) permite una gestión de los recursos más flexible, pudiendo orientar las segundas opiniones a centros con menor demora y mayor capacidad de atención en cada momento. En general, en estos casos la administración autonómica selecciona el centro de destino, siendo el profesional elegido por el propio centro sanitario, en general, por distribución del jefe de servicio.

En el caso de que la asignación sea por la administración podría darse la opción al paciente de hacer una propuesta (no vinculante) de que centro y/o profesional desearía que analizase su caso, como camino intermedio para acercarnos a las preferencias del paciente pero sin coartar la necesaria flexibilidad y eficiencia en la gestión de los recursos sanitarios públicos.


3.6. Diferenciación del derecho a una segunda opinión médica del derecho a una libre elección de especialista.




Es importante diferenciar el derecho a una segunda opinión médica y el derecho a libre elección de especialista. En la mayor parte de las Comunidades Autónomas que regulan el derecho a una segunda opinión médica regulan de forma diferenciada la libre elección de especialista.

Sin pretender entrar en profundidad en los matices del derecho a libre elección de especialista, si que debemos recordar que este derecho comienza su singladura con la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, donde se establece que los ciudadanos tienen derecho a elegir médico en el ámbito de atención primaria y lo remite a regulaciones posteriores. 

 El Real Decreto 1575/1993, de 10 de septiembre, es la normativa posterior que regula la libre elección del médico en Atención Primaria.

La regulación del derecho a la libre elección de médico en hospitales viene definida por el Decreto 8/1996, el cual la restringe a determinadas especialidades y siempre a facultativos de hospitales o centro de especialidades el área sanitaria correspondiente, respetando con ello la organización territorial del sistema sanitario.

En el Principado de Asturias, la Ley 7/2019, de 29 de marzo, de Salud, reconoce en su artículo 52.d el derecho a libre elección de médico especialista tanto en atención primaria como en hospitales, pero deja su desarrollo pendiente de futuras normativas y lo referencia a la Ley 14/1986.

Por tanto, son derechos diferentes con propósitos diferentes que en general han desarrollado normativas específicas, aunque puede haber momentos de interrelaciona entre ambas situaciones; por ejemplo, si tras la valoración de una segunda opinión, el informe es discordante sobre lo expuesto en la primera valoración, el paciente podría ser atendido en el centro emisor de la segunda opinión.


3.7. ¿En qué consiste la Segunda Opinión Médica?




El derecho a una segunda opinión médica se basa, en la mayoría de los casos regulados, en un análisis de la documentación clínica (informes, pruebas diagnósticas ya realizadas y complementariamente historia clínica si se tiene acceso) que soportan el motivo de discrepancia (diagnóstico y/o opción terapéutica). 

El profesional que emite el informe lo hace de forma general tras el análisis de dicha documentación sin necesidad de un nuevo examen presencial. Es decir, no genera, una nueva cita del paciente con el facultativo asignado para esa segunda opinión.

El facultativo asignado para realizar el informe de la segunda opinión, podría, de forma excepcional, citar al paciente para un examen presencial o solicitar nuevas pruebas complementarias debidamente justificadas.

Este procedimiento centrado en la revisión documental permite evitar duplicidad de pruebas e intenta mejorar la utilización eficiente de los recursos del sistema. Obviamente, este procedimiento puede no satisfacer las expectativas del paciente que en ocasiones desea la interacción personal con otro facultativo, y podría condicionar la confianza en el resultado de esa segunda opinión facultativa.


3.8. Límite en el número de solicitudes de segundas opiniones médicas.

La mayor parte de las normativas han regulado un límite explícito de solicitudes de segundas opiniones. En general, se puede solicitar una sola vez por proceso asistencial.

Este límite pretende equilibrar el derecho del paciente con la gestión de recursos del sistema público, evitando que el paciente pueda solicitar múltiples opiniones sobre un mismo caso, lo que podría generar una carga innecesaria de los servicios y un uso ineficiente de los mismos.


3.9. Resultados de la Segunda Opinión Médica.

En el caso que la solicitud de segunda opinión médica cumpla los requisitos establecidos y por tanto se acepte, el resultado final de la misma será un informe emitido por el facultativo responsable que será concordante o discordante con los informes iniciales en el aspecto en el que se haya planteado la solicitud (diagnóstico o tratamiento).



3.10 ¿Qué pasa después de la segunda opinión médica?

En caso que el informe sea concordante con el emitido en primera instancia, el paciente seguirá el seguimiento por el hospital de referencia o de origen.

En el caso que la opinión sea discordante, las normativas establecen el procedimiento de asignación del centro que seguirá al paciente, siendo lo más frecuente que sea seguido por el centro emisor de la segunda opinión.

Esta asignación será vinculante solo para el proceso asistencial que ha generado esta segunda opinión, y no para otros procesos en los cuales su hospital de referencia será siendo el inicial. Un tema controvertido son las pruebas derivadas de ese proceso que pueden ser realizadas en el centro de referencia o en el centro que atiende la segunda opinión. En general, por cercanía al paciente debería prevalecer realizarse las pruebas complementarias lo más cerca del paciente, siempre que los resultados puedan ser consultados por el médico responsable del proceso.


3.11. Plazos de respuesta.

En algún caso las normativas establecen compromiso de plazos de respuesta, y pueden diferenciar los períodos diferenciados. Por un lado un plazo para aceptar o rechazar la solicitud de segunda opinión, y en caso de aceptación se puede establecer un plazo de emisión del informe.


4. Reflexión ética: Derecho a la Segunda Opinión vs Acceso a Primera Atención Sanitaria.




Beauchamp y Childress, ya en 1978, establecieron los principios básicos de la bioética: Autonomía, Beneficencia, No maleficencia y Justicia.

Como comentamos anteriormente el derecho a una segunda opinión médica se apoya en el principio bioético de la Autonomía, es decir el derecho de la persona a tomar decisiones libres e INFORMADAS sobre su vida, y en este caso sobre su salud, sin coacciones ni presiones externas.

Este derecho también podría considerarse que de alguna manera potencia la beneficencia y la no maleficencia, ya que al ser revisado el caso por otro profesional podría estimarse que se maximizan las garantías científico-técnicas.

Por el contrario, este derecho puede entrar en conflicto con el principio de Justicia.  Entendido como garantizar una distribución equitativa de los recursos de salud y la no discriminación, asegurando que todas las personas reciban un tratamiento justo y acceso igualitario a la atención médica sin importar su raza, género, religión, estatus socioeconómico u otras características personales.

Debemos ser conscientes que siempre existe un coste-oportunidad en cada una de las decisiones que tomamos. Al elegir una alternativa renunciamos a otra, en este caso el tiempo dedicado a valorar una segunda opinión de pacientes con diagnóstico y tratamiento pautado podría dedicarse a atender a pacientes que no han sido atendidos aún, que desconocemos el diagnóstico y que no tiene opción terapéutica propuesta.

Esto es especialmente relevante tras el enorme impacto de la pandemia en las listas de espera en nuestros sistemas sanitarios, con importantes incrementos en las mismas y en las demoras en la atención.

Sin duda, este conflicto entre principios éticos es complejo y sin duda debe dirigir el desarrollo normativo en este campo en este momento, y quizás el derecho a una segunda opinión debe restringirse a situaciones graves y de gran impacto, priorizando con ello el primer acceso a la atención sanitaria, y con ello el principio de protección a la salud que garantiza nuestra constitución.

sábado, 21 de junio de 2025

III Premio a la Calidad, Innovación y Sostenibilidad en el Ámbito Sanitario. 2025.

 


La Real Academia de Medicina y Cirugía del Principado de Asturias otorgó el "III Premio a la Calidad, Innovación y Sostenibilidad en el Ámbito Sanitario 2025" a la candidatura de la Sociedad de Calidad Asistencial del Principado de Asturias (PASQAL) presentada por su presidente, D. Ricardo De Dios del Valle.


Dicho reconocimiento se entregó el 19 de junio del 2025 en un acto celebrado en el Ilustre Colegio de Médicos del Principado de Asturias en Oviedo.


En este post reproducimos el discurso que el presidente de PasQal dirigió a todos los asistentes al acto.


    "Excelentísimo señor presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía del Principado de Asturias, miembros del jurado del III Premio a la Calidad, Innovación y Sostenibilidad en el Ámbito Sanitario,  autoridades, académicos, compañeros y compañeras del ámbito sanitario, socios y socias de PASQAL, amigos y amigas:



Es para mí un inmenso honor estar hoy aquí, en representación de la Sociedad de Calidad Asistencial del Principado de Asturias, para recibir este reconocimiento que nos llena de orgullo y, sobre todo, de gratitud. 

Un premio que no es solo un galardón a una trayectoria, sino un homenaje colectivo a todas las personas que, durante estos 25 años, han creído en la mejora continua como una forma de cuidar mejor, de trabajar mejor, y de construir un sistema sanitario más humano, más seguro y más eficaz.

Permítanme comenzar expresando nuestro más sincero agradecimiento a la Real Academia de Medicina y Cirugía del Principado de Asturias por esta distinción, y al comité científico que ha valorado nuestra candidatura. Recibir este premio de una institución con tanto prestigio y compromiso con la excelencia científica nos honra profundamente.

Este reconocimiento no es mío, ni siquiera es solo de la actual junta directiva de PASQAL. Es de todos los que han formado parte de esta sociedad desde su nacimiento De los socios y socias que han sostenido con su compromiso y participación este proyecto colectivo. De las juntas directivas que nos precedieron, de los presidentes que marcaron el rumbo en distintos momentos, y de todas aquellas personas que, con su trabajo muchas veces silencioso, han hecho posible que hoy estemos aquí. 

Como decía John Ruskin, “la calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo inteligente”, y si me permiten añadir de un esfuerzo inteligente coletivo y mantenido en el tiempo.

PASQAL nació del impulso de un grupo de profesionales del Hospital Monte Naranco que, allá por el año 2000, comenzaron a interesarse por la calidad asistencial como un ámbito de conocimiento y de transformación. Aquella inquietud inicial cristalizó en la celebración del primer congreso autonómico y, poco después, en la constitución formal de la Asociación de Calidad Asistencial del Principado de Asturias, registrada oficialmente en 2002. 

Desde entonces, han pasado 25 años de trabajo constante, de evolución, de aprendizaje compartido. 

Este mismo año, en 2025, hemos dado un paso simbólico pero significativo: hemos dejado de ser una asociación para convertirnos en una sociedad científica. Porque eso es lo que somos: una comunidad de profesionales del ámbito sanitario y sociosanitario que comparten una visión común sobre cómo debe ser la atención sanitaria. 

Una sociedad plural, independiente, multidisciplinar, que integra a profesionales de atención primaria, hospitalaria, salud mental, y de todos los rincones del sistema sanitario asturiano

Nuestra misión ha sido siempre clara: promover la cultura de la mejora continua de la calidad en las instituciones sanitarias del Principado de Asturias. 

Y lo hemos hecho desde múltiples frentes. A través de la formación, con nuestro congreso autonómico anual —que este año ha celebrado su vigésimo quinta edición en el Hospital Valle del Nalón—, con jornadas técnicas, con cursos online, con la organización de congresos nacionales junto con la Sociedad Española de Calidad Asistencial, y con la participación activa en proyectos de investigación y redes científicas. 

Pertenecer a la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) ha sido clave en este camino. Bajo ese paraguas hemos encontrado sinergias, colaboración, apertura, y sobre todo, la posibilidad de participar en proyectos de mayor envergadura, con mayor alcance y capacidad transformadora. Nos ha permitido acceder a financiación, a redes multicéntricas, y a espacios de diálogo en los que compartir, debatir y aprender.

Porque si hay algo que define la mejora continua, es precisamente esa voluntad de aprender constantemente, y de hacerlo con otros.

Por eso, queremos aprovechar este espacio para compartir una noticia que para nosotros es motivo de enorme ilusión: Asturias ha sido elegida como sede del Congreso Nacional de SECA en 2026. Será en Gijón, del 14 al 16 de octubre, y esperamos recibir a unos 900 profesionales del ámbito sanitario de toda España, comprometidos con la mejora continua de la calidad asistencial. Este congreso no solo es una oportunidad científica y profesional. También es una forma de poner en valor nuestra tierra, nuestros centros sanitarios, nuestra cultura y nuestros paisajes. Porque estos eventos también generan riqueza, visibilidad y orgullo de lo que somos y de lo que hacemos.

Hemos crecido en número de socios, en impacto, en presencia institucional. Hemos sabido adaptarnos a los tiempos, incluso en los momentos más difíciles, como durante la pandemia de COVID-19, cuando mantuvimos nuestra actividad formativa a través de congresos virtuales y desarrollamos una plataforma online que hoy sigue siendo un recurso valioso para la formación continua.

Pero más allá de las cifras, de los congresos, de las publicaciones o de las redes sociales, lo que define a PASQAL es una convicción profunda: 

Que la calidad asistencial no es un lujo ni un añadido, sino el corazón mismo de una atención sanitaria digna, eficaz y humana

Que mejorar no es una opción, sino una responsabilidad

Que la innovación, la sostenibilidad y la equidad no son conceptos abstractos, sino principios que deben guiar nuestras decisiones cotidianas.

A lo largo de estos años, hemos trabajado para que la calidad asistencial se entienda en toda su complejidad: desde la competencia científico-técnica hasta la accesibilidad, desde la seguridad del paciente hasta la experiencia del usuario, desde la eficiencia hasta la equidad, desde la sostenibilidad ambiental hasta la legitimidad ética de nuestras actuaciones. 

    Hemos querido ser un espacio de encuentro, de diálogo, de reflexión crítica y constructiva. Un lugar donde profesionales de distintas disciplinas puedan compartir inquietudes, aprender unos de otros, y construir juntos un sistema sanitario mejor.

También hemos querido ser una sociedad comprometida con su entorno. Por eso hemos impulsado iniciativas de responsabilidad social, como la recogida solidaria de alimentos, la colaboración con organizaciones no gubernamentales, o la compensación de la huella de carbono de nuestros congresos. 

Porque entendemos que la salud no se construye solo en los hospitales o en los centros de salud, sino también en la comunidad, con equidad y con  justicia social.


Hoy, al recibir este premio, sentimos que todo ese esfuerzo ha merecido la pena. Que cada congreso, cada jornada, cada proyecto, cada conversación, ha contribuido a sembrar una semilla de cambio. Y que esa semilla ha echado raíces.

Y si todo esto ha sido posible, si hoy celebramos 25 años de trayectoria, no es solo por lo que hemos hecho, sino por cómo lo hemos hecho

Porque detrás de cada actividad, de cada congreso, de cada proyecto, hay una forma de entender la profesión, y también la vida

Una forma de estar en el mundo que llamamos.. cultura de la mejora continua de la calidad.

Y permítanme detenerme aquí, porque esta cultura no es simplemente un conjunto de herramientas metodológicas, ni un manual de buenas prácticas. 

Es, ante todo, un compromiso ético. Una actitud vital. Una forma de mirar lo que hacemos —y lo que somos— con humildad, con espíritu crítico, con honestidad.

La mejora continua no se basa en la perfección, sino en la conciencia de que todo puede mejorar. Que siempre hay una forma más segura, más eficaz, más humana de hacer las cosas. 

Y eso requiere valentía

Valentía para mirar de frente nuestros errores, para reconocer lo que no funciona, para no engañarnos ni ocultar lo que duele.

Porque solo desde la verdad podemos construir confianza. Y solo desde la confianza podemos avanzar.

En este sentido, la seguridad del paciente —una de las dimensiones clave de la calidad— nos enseña mucho. Nos enseña que los errores existen, que son inevitables, pero que no deben ser motivo de penalización, sino de aprendizaje. Que cada evento adverso, cada fallo, cada desviación, es una oportunidad para mejorar

Y que la diferencia no está en equivocarse o no, sino en querer ver el error, en buscarlo, en analizarlo, en compartirlo. Porque solo así podemos evitar que se repita.

Esta cultura nos exige transparencia. Nos exige honradez. Nos exige mirar con sinceridad lo que hacemos, sin maquillajes, sin excusas. 

Y eso, en un entorno tan complejo como el sanitario, no es fácil. Pero es imprescindible. Porque la calidad no se construye desde la complacencia, sino desde la exigencia ética.

Uno de los valores que quizás se mencione poco, pero que creemos fundamental en esta cultura de mejora, es la generosidad. Porque para poder mejorar, necesitamos compartir. Compartir resultados, experiencias, procedimientos.

  La transparencia es el primer paso del benchmarking, que nos permite aprender unos de otros, identificar buenas prácticas y replicar lo que funciona. Y eso requiere una actitud generosa. Porque no hay avance posible si nos guardamos lo aprendido

La mejora continua también es confianza. Confianza entre compañeros. Confianza con los pacientes. Confianza en las instituciones. 

Y la confianza, como bien sabemos, no se impone: se cultiva. Se cultiva con coherencia, con esfuerzo sostenido, con humildad

Decía Séneca que “largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías, breve y eficaz por medio de ejemplos”

Seamos, pues, ejemplo.


    También nos exige innovación. Porque mejorar implica cambiar.Y cambiar implica salir de la zona de confort, explorar caminos nuevos, atreverse a hacer las cosas de forma diferente. No por capricho, sino porque si seguimos haciendo lo mismo, obtendremos los mismos resultados. Y si queremos resultados distintos —más seguros, más eficaces, más humanos—, necesitamos actuar de forma distinta.


Innovar es, en el fondo, un acto de coraje

Porque implica aceptar que lo nuevo puede fallar. Que no todo saldrá bien a la primera. Pero también implica confiar en que cada intento nos acerca a una solución mejor

Y eso solo es posible si cultivamos la creatividad, si damos espacio y tiempo a las ideas, si valoramos el ensayo y el error como parte del proceso.

La mejora continua también nos enseña a valorar el camino más que la meta. Porque la excelencia, como decía Eduardo Galeano al hablar de la utopía, no es un lugar al que se llega, sino un horizonte que nos hace caminar. No se trata de alcanzar una perfección inalcanzable, sino de comprometernos con el presente, con lo que hacemos cada día, con cada paciente, con cada decisión.

No buscamos medallas, ni certificados, ni acreditaciones como fin en sí mismos. Son importantes, sí, pero son herramientas. Como lo son las botas o la mochila en el Camino de Santiago. Lo importante es seguir andando. Lo importante es el viaje.

Y en ese viaje, hay algo que no podemos olvidar: la necesidad de medir. Porque no se puede mejorar lo que no se mide. 

Necesitamos datos, necesitamos evidencia, necesitamos alejarnos de las buenas intenciones para tomar decisiones informadas. La calidad no puede depender solo de percepciones o intuiciones. Requiere método, requiere análisis, requiere ciencia.

Pero también requiere humanidad

    Porque al final, todo esto —la mejora, la innovación, la medición— tiene un único propósito: dar una mejor asistenciaUna asistencia con más conocimiento, sí, pero también con más empatía. Con más respeto. Con más escucha.

    La cultura de la mejora continua de la calidad es, en definitiva, una forma de cuidar. De cuidarnos entre nosotros como profesionales. De cuidar a nuestros pacientes. De cuidar nuestras instituciones. De cuidar el sistema sanitario que hemos construido entre todos y que debemos proteger para las generaciones futuras.


Pero quizás uno de los retos más importantes que tenemos como sociedad científica comprometida con la calidad asistencial es que todo este esfuerzo no quede solo dentros de los muros de nuestros centros sanitarios. Que lo que ocurre en las unidades de calidad, en los comités, en los grupos de mejora, en cada jornada, no sea únicamente una conversación entre expertos. 

Los ciudadanos deben saber -y sentir- que detrás de cada proceso mejorado hay un compromiso ético y vocacional de los profesionales. Que no nos conformamos con lo que funciona “más o menos bien”. Que cada día revisamos, cuestionamos, aprendemos y volvemos a intentarlo para que las cosas funcionen mejor. 

Necesitamos que la sociedad vea, reconozca y acompañe este compromiso. Porque una sociedad informada y partícipe es una sociedad que confía

Y la confianza es hoy, quizás, el mayor activo de nuestras instituciones públicas. La confianza se construye con transparencia, pero también mostrando el alma de lo que hacemos: la voluntad de mejora, la responsabilidad compartida, el respeto por cada paciente.

Decía Saint-Exupéry que “el mundo entero se aparta cuando ve pasar a alguien que sabe adónde va”

Hoy más que nunca, necesitamos que se vea ese rumbo. 

Que nuestra cultura de calidad no sea solo un camino hacia la excelencia técnica, sino también una forma de acercar el sistema a quienes lo sostienen y para quienes esta pensado: los ciudadanos

Porque la legitimidad de un sistema público de salud no solo se defiende con normas, presupuestos o recursos, que también. Se defiende con credibilidad

Y la credibilidad nace del esfuerzo sostenido, del compromiso visible, de la mejora constante... y del orgullo colectivo de cuidar y ser cuidados.

Solo así, la ciudadanía podrá sentirse parte, ser aliada, y defender, como propia, una sanidad que aspira cada día a hacerlo mejor. 

Como recordaba el poeta, caminamos no porque el camino esté trazado, sino porque lo vamos construyendo con cada paso. Y esa huella, si es compartida, deja sentido.

Por eso, este premio no es solo un reconocimiento a lo que hemos hecho. 

Es un impulso para seguir caminando. Para seguir creyendo en esta forma de estar en la profesión. Para seguir sembrando cultura, valores, compromiso.

Y si algo hemos aprendido en estos 25 años es que no se mejora solo.

Que la calidad no se construye en solitario. 


Que necesitamos equipos, alianzas, redes. 

Que necesitamos escucharnos, apoyarnos, inspirarnos mutuamente.

Hoy, al recibir este premio, sentimos que no estamos solos. Que hay muchas personas, muchas instituciones, muchos profesionales que comparten esta visión. Que creen, como nosotros, que la calidad asistencial no es un lujo, sino una necesidad. Que creen que se puede —y se debe— mejorar cada día.


A todos ellos, a todos vosotros, gracias. Gracias por caminar con nosotros. Gracias por creer que otro modo de hacer las cosas es posible. Gracias por formar parte de esta historia.

Y sobre todo, gracias por seguir creyendo en el valor de lo que hacemos. 

Porque si algo nos enseña la mejora continua es que cada gesto cuenta. Cada decisión. Cada palabra. Cada paso.

Y permitidme cerrar este discurso con una mirada hacia el porvenir. 

Si algo nos enseñan estos 25 años es que toda transformación duradera nace de una convicción compartida y de un compromiso sostenido

Que el testigo que hoy sostenemos debe ser entregado, con orgullo y confianza, a las nuevas generaciones de profesionales que se incorporan con energía, ideas frescas y la misma vocación de servicio.

PASQAL seguirá siendo ese espacio de encuentro, esa casa común donde caben todas las especialidades, todas las  disciplinas, todas las edades, todas las preguntas valientes

Nuestra misión no termina con este reconocimiento: al contrario, se renueva.

Porque como decía Margaret Mead, “nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha logrado”.




A quienes nos precedieron, gracias. A quienes nos acompañan hoy, gracias. Y a quienes vendrán, aquí tendrán un lugar donde construir, con rigor, con pasión y con propósito, un sistema sanitario a la altura de las personas que lo necesitan y lo sostienen.

¡Sigamos caminando!

Muchas gracias."

Ricardo De Dios del Valle
Presidente de PasQal


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jueves, 1 de mayo de 2025

25 Congreso de la Sociedad de Calidad Asistencial del Principado de Asturias (PasQal)

 

"Sistemas de Gestión de la Calidad: 

El camino hacia la excelencia"



   Este año PasQal organiza su 25º congreso en el Hospital Valle del Nalón, el 5 y 6 de junio del 2025, bajo el lema "Sistemas de Gestión de la Calidad: El camino hacia la excelencia".

   En un contexto sanitario cada vez más complejo, exigente y sujeto a múltiples presiones, la calidad asistencial se ha consolidado como un elemento estratégico indispensable para garantizar la seguridad de los pacientes, la eficiencia de los procesos y la satisfacción de profesionales y ciudadanos. 

    La búsqueda de la excelencia no es únicamente una aspiración, sino una necesidad imperiosa para los sistemas de salud, especialmente en un entorno como el actual, caracterizado por la creciente cronicidad, el avance tecnológico, la digitalización y la mayor participación de los pacientes en la toma de decisiones.

 

   Este congreso nace con el objetivo de reflexionar y debatir sobre los sistemas de gestión de la calidad asistencial, desde una visión global e integradora que aborde tanto los modelos internacionales de acreditación y certificación (Joint Commission International, EFQM, ISO), como las iniciativas autonómicas de evaluación y certificación, así como los sistemas de acreditación específicos para unidades asistenciales centradas en patologías concretas o áreas específicas de atención.



 

   Las mesas temáticas permitirán explorar las tendencias de futuro, los retos pendientes y las oportunidades de mejora, con especial énfasis en las controversias asociadas a la coexistencia de múltiples sistemas de calidad, las dificultades para implicar a los profesionales asistenciales y la necesidad de que estos modelos sean herramientas útiles y no meros trámites administrativos. Así mismo, se abordará cómo garantizar la armonización entre modelos autonómicos e internacionales, evitando la fragmentación de los estándares y facilitando la comparabilidad y el aprendizaje compartido entre regiones y países.

 

  El congreso tiene además un enfoque multidisciplinar e integrador, ya que contará con la participación de profesionales sanitarios y sociosanitarios de todas las disciplinas (medicina, enfermería, fisioterapia, trabajo social, gestión sanitaria, ingeniería hospitalaria, administrativos, etc.) y de todos los niveles asistenciales, incluyendo atención primaria, hospitalaria y salud mental. 


    Este enfoque global permitirá compartir experiencias, identificar buenas prácticas y generar un espacio de reflexión crítica y constructiva, en el que profesionales de distintos ámbitos aporten su visión y ayuden a definir hacia dónde deben evolucionar los sistemas de calidad asistencial en la próxima década.

 

   En definitiva, este congreso pretende fomentar una cultura de mejora continua, donde la calidad asistencial sea entendida no como una obligación externa, sino como un compromiso ético de los profesionales con los pacientes y con el propio sistema sanitario.


  


  

   Inscripciones y envio de comunicaciones: 

www.pasqal.org



#ConPASQAL25


    Y aprovecha para conocer los tesoros del concejo anfitrión... No te lo pierdas!


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